El otro día pude visionar a través de internet el video del PP. Realmente espantoso. La visión y la relación establecida de forma directa y univoca entre inmigrante y delincuencia no tiene más explicación que la llamada a la parte más visceral de nuestros instintos. Realmente es un video que manifiesta – aunque en segundo plano- la constatación de una realidad percibida, valorada y vivida como de difícil convivencia en algunos de nuestros barrios. La reacción al video solo ha servido para encrespar a los vecinos que viven cada día una realidad que nuestros políticos no han sabido prever ni muchos menos atajar. Alguno tiene incluso la desfachatez de minusvalorar el problema y acusar a los vecinos de racistas.
El video del PP es negro y representa una utilización d’un problema real para fines exclusivamente partidistas. Patético. Indignante.
Hoy he visto el video del PSC. Y me he sentido igualmente compungido Salía la alcaldesa y escenarios ciudadanos que dejaban bien a las claras que se hablaba de nuestra ciudad, Badalona. Invito a quien quiera hacerlo, que escuche, sin verlo, el video nuevamente y trate de experimentar la sensación que a mí me ha llegado: ¡no he reconocido a mi ciudad! He creído que se trataba de una de esas ciudades que nos dicen que existen en los países nórdicos donde todo es del color y de la fragancia de las flores, la paz, la felicidad, la armonía de las cosas y de las personas, la belleza insuperable y la quietud del espíritu.
Ese es el presente y el futuro que nos venden en este video. En Badalona no existe el más mínimo problema, quizás que haya poco aparcamiento dice la alcaldesa, pero están en ello.
¡Serà que ha triunfado el movimiento hippie! Ya comentábamos en otra ocasión en La Res Pública que alguien le daba a los porros en el ayuntamiento. Este video nos lo confirma
Una vez más Maite Arqué se burla de los ciudadanos en una forma que genera nausea.
Video vomitivo.
¿Como una misma ciudad puede generar visiones tan contrapuestas? Por que los ciudadanos no contamos. Solo cuentan los intereses de unos políticos más preocupados de sus carreras y su provecho que de solucionar los grandes problemas en que viven sumidos muchos de nuestros conciudadanos a los que seguro les vendría bien una pequeña parte de la increíble cantidad de dinero gastado en los miles y miles de plafones, pancartas y anuncios electorales de los partidos. Las calles están tapizadas materialmente con las efigies, en mi opinión poco ilustres, de los candidatos con pelas.
Por cierto ¿Alguna vez nos han explicado de donde sacan los millones de euros que se gastan? Me inunda una sospecha.
La democracia y las campañas cada vez són más para uso de los ricos. Bueno eso es tema de otro debate.
Saludos.
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