"La Justicia no existe por la naturaleza, existe por la Ley"

03 de desembre 2011

Por el liberalismo

En tiempos de crisis se exigen reformas laborales, como si los derechos de los trabajadores, que dan algo de estabilidad a los que pretenden vivir de su salario y les permiten hacerse un mínimo proyecto de vida, fuesen la causa de todos los males.

Zaratustra sigue sin hablar, pero ha convocado a los líderes sindicales para anunciarles la urgente necesidad de abordar esas reformas que se exigen desde todos los centros de poder, y cuya necesidad se ha convertido en dogma de fe. Antes de realizar cualquier ajuste, antes de implantar cualquier recorte, se ha de llegar a un pacto de “reformas profundas” que nos lleve a un mercado ¿flexible?, no: elástico. Lo que se pretende, como en el resto de los ámbitos, es que este mercado, el laboral, también sea libre: el sueño, la panacea de los liberales. 
Un mercado laboral sin normas donde los derechos sean abolidos; los trabajadores sean tratados como mercancía; un paraíso donde las personas adquieran la condición de “cosas”; la utopía de un mundo amoral, como el propio dinero.

En nada ayuda este sueño tanto tiempo añorado a solucionar la crisis, pero es el momento de imponerlo, ahora que los estados han dejado de tener como prioridad el bienestar de los ciudadanos y no hay más patria que eso que llaman “los mercados”, que siempre se llamó “el capital”, y de cuya crueldad e infinita avaricia, cuando se le deja actuar libremente, sin respuesta, ya nos advirtieron nuestros mayores, hoy malditos, demostrando que aquella, su razón, escondía una verdad. Por eso los persiguieron y demonizaron.

de: El Gran Wyoming.

1 comentarios:

Anònim ha dit...

Grande el Wyoming